Este texto, escrito con triste ironía, recorre brevemente el camino de muchas mujeres que, por falta de un manejo correcto y benévolo de sus trastornos ginecológicos, desarrollan vulvodinia que podría haberse evitado con las medidas y precauciones adecuadas.
Esta es una “receta” ofrecida por la matrona Veronica Foggia.
1- decirle a una mujer con ardor vulvar constante que tome un antifúngico porque “seguramente es candidiasis“
2- esperar a que aparezca una disbiosis vaginal importante, no identificarla, y seguir adelante con las cremas mezclando un principio activo antibiótico con un antifúngico
3- observar la llegada de la cistitis, no mandar hacer un urocultivo e indicar un antibiótico a ciegas “para limpiar bien”
4- cuando la mujer regresa cada poco a la consulta diciendo que los síntomas de la cistitis llegan después del coito, pensar en resolverlo con un antibiótico después de mantener relaciones sexuales
5- esperar a que las mucosas estén inflamadas s y que incluso el contacto con el papel higiénico desencadene un ardor increíble
6- culpar a la paciente diciéndole que come mal y que elimine alimentos al azar de su dieta
7- recetar un jabón íntimo antibacteriano
Si es necesario, repetir el punto 1 y 2 a intervalos regulares.
Limitar el tiempo de la consulta y escuchar a la mujer durante un máximo de 10 minutos.
Cocinar a fuego lento durante unos meses y cuando haya suficiente ardor, cambiar de profesional y esperar al diagnóstico: VULVODINIA